GRITO LIBERTARIO
Lucio Ayala
La libertad no se compra, ni se suplica, ni siquiera se solicita. La libertad se exige, como parte indispensable de cada sociedad. No aspiramos a ser una nación porque ya lo somos. Sometidos desde hace siglos ya ha llegado la hora de liberarnos de las cadenas que nos aprisionan, que nos atenazan y amordazan. Yo quiero gritar, quiero nacer de nuevo en un país libre de asquerosos reptiles que nos chupan la sangre. Nos tratan como esclavos porque para ellos lo somos.
Mi puño alzado no descansa, ni puede ser doblado. Pero no nos engañemos amigos míos. Ellos son fuertes, más fuertes que nosotros, por lo que la lucha comienza desde el fondo de nuestras conciencias. El pueblo ha sido educado por la moral del español, haciéndonos creer que somos débiles y sumisos y que tenemos que agradecer a nuestro amo el pan que de vez en cuando nos lanza. Un pan que nos corresponde por derecho y que ellos nos han usurpado. Dirigen las empresas, controlan todos nuestros movimientos y gobiernan nuestras vidas. Ya me cansé de ser esa marioneta con una banderita roja y dorada sobre el pecho, a la que obligaban a rendir pleitesía.
Precisamos de personas valerosas con las rodillas rígidas, incapaces de doblarse ante él que reclama sumisión. Canarias no es de los conquistadores, aunque sus botas nos aplasten el rostro. Somos únicos, como únicos son ellos, por lo que sólo exigimos un trato igualitario. O Canarias se libra de los colonizadores o no habrá Canarias. Nos han ridiculizado, aplastan nuestra cultura e identidad desterrándola de la existencia. Los colegios ya no se acuerdan de formar a los alumnos en historia de las Islas, de sus habitantes prehispánicos, porque no les interesa. No interesa dotar de pasado a nuestra gente, de hacerlos conocedores de que antes ya había un pueblo que habitaba estas tierras y que fue vilmente aplastado.
Si logran destruir nuestra identidad, habrán vencido y en eso están. Pero no seamos ilusos, están consiguiendo su propósito. Queman las ideas y el pasado, como si con ello fueran a lograr la claudicación completa. Sin embargo, se respiran aires nuevos. Nosotros y nuestras gargantas, aún en perfecto estado, hartas del hastío que nos provoca el conquistador, seguirán llamando a la lucha, como ahora lo hacen estas líneas.
Frases cargadas de ansia de libertad ante el que nos acorrala. Una lucha que debe comenzar en las mentes de mis hermanos y camaradas, con el fin de despojarnos de la humillación y debilidad que nosotros mismos propiciamos, jugando al juego que impone el sistema. Un juego absurdo con fecha de caducidad, establecer el día y la hora de su caída en las Islas depende únicamente de nosotros.
Pero debemos prepararnos. Cuanto más se palpe nuestras reivindicaciones en la calle, más aún aumentará la represión del aparato estatal. Debemos alzar los puños para defendernos y atender a todos los movimientos de sus matones a sueldo fijo. Pero no son ellos los únicos de los que debemos cuidarnos. Canarias está plagada de traidores y corruptos, la clase política de las Islas es un ejemplo de ello. Se comportan como caciques, como si la tierra que pisamos le perteneciera. Ratas sin ideología ni solidaridad con sus conciudadanos, a las que no les importa nada que no sea sus bolsillos y su status. Y aún así se hacen llamar canarios pero no son, ni han sido nunca, bienvenidos, aunque están por todas partes, ahogándonos…
Siglos de sometimiento, de mutismo, hacen que Canarias merezca una compensación. Esa compensación pasa sin excusas por la descolonización y la independencia.
Ahora y siempre
¡Viva Canarias libre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario